Como ya se mencionó, los derechos humanos se encuentran en
constante modificación, pues cada ves se han ido considerando algunos nuevos
debido al crecimiento de la sociedad, como fue el caso del reconocimiento
paulatino de los derechos de la cuarta generación ya que estudiamos.
En la actualidad, los avances asociados con la ciencia y la
tecnología tienen gran importancia porque, gracias a ellos, no sólo se han
logrado grandes descubrimientos, sino que también han marcado la pauta para
exigir y proteger ciertos derechos que no habían sido considerados. Si el
progreso científico impone una adaptación, el derecho lo verá reflejado; en
este caso, las leyes se van ajustando a las necesidades conforme se transforman
históricamente.
Por ejemplo, si la longevidad de las personas no
hubiese aumentado, no se habrían reconocido los derechos de los ancianos, o
bien, lo se cedido con el derecho a la privacidad, a la intimidad o a la
protección de los datos personales, que no habrían sido incorporados sin los
descubrimientos de la ciencia y los adelantos de las comunicaciones.
Con esto podemos apreciar que los derechos humanos se van
transformando con base en el progreso de la sociedad, pero tomando en cuenta
siempre el respeto a la dignidad del ser humano. Documentos como la Declaración
sobre el Genoma y los Derechos Humanos, la Declaración Internacional sobre
Datos Genéticos Humanos, la Declaración sobre Bioética y Derechos Humanos,
entre otros, son muestra clara de la relación entre la ciencia, la tecnología y
los derechos humanos.
En el caso de nuestro país, la Ley Federal de Protección de
Datos Personales en Posesión de los Particulares, publicada en el Diario
Oficial de la Federación el 5 de julio de 2010, tiene por objeto la protección
de información personal con la finalidad de asegurar un tratamiento legítimo,
controlado e informado para, de esta forma, garantizar la privacidad y el
derecho a la autodeterminación informativa de las personas.
Finalmente, debemos recordar que el otorgamiento de un
derecho también implica la obligación de respetarlo, tanto de forma individual
como colectiva.
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